El armario

No dudes al abrirlo de par en par.

Capítulo 4: Diógenes, la pieza que faltaba

Por Santi Mallorquí, CEO de Organic Cotton Colours. En este cuarto capítulo, continúo contándoles nuestro primer viaje a Brasil. Ahora toca conocer a los agricultores, los nuevos accionistas de OCC… Los agricultores, los nuevos accionistas de OCC Queríamos que los agricultores sintieran que había un vínculo con ellos que iba más allá de la figura del comprador y el vendedor. Se trataba de hacerles ver que ellos formaban parte del proyecto tanto como nosotros. Debían convertirse en nuestros “accionistas” en el campo. Su historia aportaba valor al proyecto y más allá del algodón, Organic Cotton Colours estaba comprometido con las familias que lo trabajaban. Mi objetivo con el proyecto en Brasil siempre fue crear un negocio de economía circular donde, además de generar una actividad lucrativa, las personas que participasen en él vieran mejoradas sus condiciones sociales, económicas y laborales. Y donde la región en la que se desarrollara la actividad viera preservadas las condiciones medioambientales. Durante los siguientes 6 meses, organizamos una reunión en la que participarían todos los interesados. Agricultores de 5 estados del nordeste (Piauí, Rio Grande do Norte, Ceará, Paraíba y Pernambuco) que pertenecían a la llamada Rede y estaban agrupados en más de 6 cooperativas (en total más de 450 agricultores), 3 miembros de la Embrapa, ONGs, organizaciones de apoyo gubernamental y periodistas locales. A principios de febrero de 2014, viajé a Brasil nuevamente para llevar a cabo la reunión con todos ellos. Esta vez acompañado por Joaquim Barbosa, nuestro hombre en Portugal, con quien tengo una relación de confianza estrecha, y con Ángel Sánchez que ni podía ni quería perderse los inicios de este nuevo proyecto. A pesar de su delicada salud por entonces, yo estaba seguro de que lo daría todo con tal de presenciar lo que sería el futuro de la empresa que fundó. Cinco meses después del viaje, en julio de 2014, después de estar muchos años luchando, Ángel falleció. En Brasil estuvimos dos días reunidos, trabajando para sentar las bases del futuro proyecto OCCGuarantee de Organic Cotton Colours en el que todos ellos tendrían cabida. Este último viaje fue el inicio de OCCGuarantee como modelo de negocio y como compromiso de Organic Cotton Colours. Asentamos las bases de cómo queríamos que la relación se estructurara. A pesar de ello, aún me sentía perdido sobre la manera de gestionar en la distancia el proyecto. Sabía que el éxito del proyecto pasaba por tener a alguien en Brasil siendo parte activa en el desarrollo del grupo. De las reuniones que tuvimos en Brasil en este viaje y en el siguiente que realicé

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Capítulo 3:  Brasil, el gran descubrimiento

Por Santi Mallorquí, CEO de Organic Cotton Colours. En este capítulo y el siguiente, repasaré cronológicamente las experiencias vividas desde nuestro primer viaje a Brasil hasta el nacimiento del proyecto OCCGuarantee. En el último artículo, conté el espanto con el que vivimos nuestra visita al sur de India a finales de 2012. Después de eso, nos disponíamos a visitar cualquier país que cumpliera los requisitos para poder obtener algodón orgánico colorido. Fue Ángel Sánchez quien, estudiando la oferta, vio el potencial de Brasil. Así pues, nos disponíamos a realizar nuestro siguiente viaje. Gracias a un conocido suyo que llevaba años operando en este país, conseguimos contactar con una de las personas que más ha contribuido al desarrollo del algodón colorido en el nordeste de Brasil: Maysa Gadhel de Natural Fashion. Maysa nos contaba que aprovechó una visita de Lula da Silva en Pernambuco para publicitar, junto a demás “activistas”, el mensaje de algodón orgánico colorido en grandes carteles que este podía leer desde su coche. Entonces logró que el Presidente, natal de la región, se interesara por el proyecto. Lula de Silva inició una reforma agraria que dio la oportunidad, a aquellos agricultores locales que lo deseaban, de convertirse en propietarios de 1 hectárea de tierra. Esta iniciativa unió a los agricultores de varios estados, creando una red de pequeños campesinos familiares de distintas regiones rurales agrupados en cooperativas registradas por el ministerio de agricultura. En enero de 2013, iniciamos nuestro primer viaje a Brasil. Aunque fue Ángel quien programó el viaje, por motivos personales no pudo acompañarnos, y fue mi amigo Albert Niell quien se unió a este viaje de exploración. Una aventura que no olvidaremos jamás por las situaciones nuevas y curiosas con las que nos encontramos. Allí conocimos personalmente a Maysa, quien nos brindó su apoyo. Nos explicó el funcionamiento gubernamental del país, de los agricultores, de las cooperativas, ONGs, … En definitiva, nos puso en la órbita del sector e hizo lo imposible para que pudiéramos arrancar nuestro proyecto en Brasil. Nunca pidió nada a cambio y nos fascinó con su espíritu luchador, inconformista y sensible. Tanto Ángel Sánchez, fundador de la empresa, como Maysa se han convertido en mis guías profesionales dentro del sector textil orgánico. Siempre les agradeceré su ayuda y sus sabios consejos. Organic Cotton Colours les debe mucho. Así pues, ahí estábamos Albert y yo reunidos en la universidad de Patos en el estado de Paraíba con agricultores que trabajaban algodón orgánico a color en la zona. Aunque teníamos una traductora y yo había estado practicando el portugués de forma acelerada, nos

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Capítulo 2: Explorando el Origen: India

Por Santi Mallorquí, CEO de Organic Cotton Colours. En este artículo, seguiré cronológicamente las experiencias vividas para concretar el proyecto OCCGuarantee de Organic Cotton Colours. En el primer artículo, conté cómo surgieron obstáculos que resolver después de hacerme cargo de la empresa. El principal fue que vimos la necesidad de buscar dónde íbamos a obtener nuestro preciado algodón orgánico. A finales de 2011, regresé de visitar a Sally Fox en California, motivo por el cual etiquetábamos con la marca Fox Fibre Colorganic. En ese momento, supe que tendríamos que crear nuestro propio proyecto para obtener algodón orgánico colorido, así como nuestra propia marca. La primera feria internacional a la que asistí fue la Biofach en Nuremberg en febrero de 2012, y a pesar de que no era una feria específica de productos textiles, tuvimos muy buena acogida y vimos el potencial de nuestros productos. Entre los visitantes, un empresario indio se interesó por lo que hacíamos. ¡Hasta tal punto que nos pidió venir con nosotros de vuelta a España! Al día siguiente, empezamos a concretar nuestro viaje al sur de la India, donde él tenía empresas y contactos para ayudarnos a establecernos allí. En junio de 2012, Ángel Sánchez, fundador de la empresa, y yo viajamos por primera vez al gran país asiático del algodón con todas las ilusiones y un sinfín de incógnitas por resolver. Allí nos esperaba un señor que no conocíamos y que no hablaba inglés para llevarnos de ruta hacia Tirupur. Hicimos una parada en unos campos de algodón orgánico para ser partícipes del proceso de siembra, y un hombre que con una pala iba labrando las zanjas, vimos que le faltaban varios dedos de los pies. ¡Por Dios!, pensé. Se trataba de una gran extensión preparada para el cultivo intensivo de algodón orgánico. Esa noche fuimos invitados a cenar en casa de nuestro anfitrión, quien nos contó las posibilidades que teníamos en la región a nivel de manufactura y acabados. Esa misma tarde nos enseñó el algodón orgánico colorido. En su casa, tenía varias balas de color marrón y unas plantas ya crecidas en el jardín que estaban en fase experimental, después de 13 años de estudios con agencias del gobierno y distintas universidades. Me parecía que estábamos en el lugar apropiado con la persona que podía asistirnos en nuestro objetivo común. En los días siguientes, nos llevaron a visitar varias mega factorías de tinturería, manufactura y, entre ellas, una fábrica que recolectaba botellas de plástico de las calles para hacer hilo de poliéster reciclado. Fue toda una experiencia ver el proceso de lavado, triturado

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Capítulo 1: Definiendo el proyecto para nuestro propio algodón

Por Santi Mallorquí, CEO de Organic Cotton Colours. El algodón crece de forma natural en diferentes variedades de colores, como el crudo, el marrón y el verde, los cuales cultivamos con dedicación. Quien no lo sepa podría pensar que estamos innovando, pero en realidad, simplemente seguimos lo que es natural. Por eso, supervisamos todo el proceso de producción: desde la semilla hasta la confección, abarcando el cultivo, la hilatura y la producción de telas. Lo hacemos colaborando estrechamente con agricultores y empresas que son parte integral de nuestro proyecto, compartiendo nuestra visión. El resultado es un algodón orgánico obtenido de manera justa, con un profundo respeto tanto por aquellos que lo cultivan como por aquellos que visten nuestras piezas, todo en completa armonía con el medio ambiente. A veces, todo es tan sencillo como detenerse a tomar conciencia de tu voz interior. Quise comenzar con nuestro “manifiesto” para orientar al lector, aunque habrá tiempo para compartir anécdotas de los primeros años, hasta la creación del proyecto OCC Guarantee en Brasil. Desde 2009, comencé a interesarme en el proyecto de Ángel Sánchez Egea, que fabricaba artículos con algodón de coloración natural 100%orgánico, un algodón que nacíe naturalmente coloreado desde la semilla, sin ingeniería genética, siguiendo la tradición natural de hace más de 5000 años. En sus primeros 25 años, Organic Cotton Colours comercializó diversos artículos bajo la marca FoxFibre Colorganic, con el objetivo de posicionarse como la oferta de prendas confeccionadas con el algodón más puro del mercado. Todo ello, pensando especialmente en aquellos usuarios que padecen alergias dérmicas o intolerancias a agentes tóxicos presentes en la producción de ropa de algodón convencional. Decidí aportar mis conocimientos empresariales para agregar valor a una marca que ya podía considerarse “cum laude” en términos de sostenibilidad, un concepto del que tanto se hablaba en aquel momento. Mi primer paso fue visitar a Sally Fox en Guinda, California. Aunque mis ideas estaban algo desconectadas de la realidad, ya que en ese momento carecía de experiencia en el sector textil y menos en el cultivo del algodón. Después de 4 horas de una conversación apasionante con Sally, me di cuenta de que teníamos un gran problema. Ella no podría suministrarnos algodón de manera continua, y el nombre de nuestra marca carecería de sentido si no usábamos más el algodón de EE.UU. Además, la manufactura en Portugal con nuestro proveedor habitual no tendría continuidad ya que no nos consideraba un cliente prioritario tras algunos años sin producir. No teníamos ni algodón, ni manufactura, ni una marca con la que comunicarnos. Pero también significaba que no teníamos

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